El Telescopio Hubble descubre Icarus, la estrella más lejana jamás observada

Cada cierto tiempo, los astrónomos de todo el mundo consiguen ampliar más y más las fronteras del Universo que podemos observar, y es por ello que en esta ocasión volvemos a hablar del Telescopio Hubble, uno de los mejores observatorios astronómicos que existen a día de hoy. De este modo, ha sido el más que conocido telescopio el que ha descubierto la estrella más lejana jamás observada.

Este astro, bautizado con el nombre de Icarus, se encuentra en una galaxia muy lejana, justo detrás del cúmulo MACS J1149-2223. Según una serie de investigaciones realizadas, esta estrella existió tan sólo 4.400 millones de años después del Big Bang, es decir, cuando el Cosmos todavía era aproximadamente un tercio de su tamaño actual. Se calcula que Icarus se encuentra a unos 14.400 millones de años luz de la Tierra, por lo que se ha convertido en la estrella más distante jamás observada. Esto no significa que sea el objeto más lejano que hayamos observado hasta el momento, puesto que otros objetos mucho más grandes y brillantes, como galaxias, por ejemplo, son más fáciles de detectar para los telescopios actuales, como el Hubble.

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Comparativa de imágenes del Telescopio Hubble de 2011 y 2016.

Los astrónomos han concluido que Icarus se trata de una estrella de tipo gigante, muy luminosa y de color azul. Además, se calcula que su superficie tiene una temperatura de entre 11.000 y 14.000 grados Celsius, lo que se traduce en ser dos veces más caliente que nuestro cercano Sol. Sin embargo, su existencia no ha cogido de imprevisto a los investigadores, puesto que ya desde el pasado 2016 un grupo de científicos comenzó a sospechar de la existencia de dicha estrella, tras comenzar a estudiar una supernova denominada Refsdal.

Fue durante el estudio de esta supernova cuando los científicos comenzaron a percatarse de una segunda fuente de luz procedente de la misma región. Este hallazgo ha sido posible gracias al llamado efecto de lentes gravitacionales, lo que provoca que objetos muy lejanos puedan verse como si de una lupa se tratara. Este efecto lupa fue realizado por el mencionado cúmulo de galaxias, que tiene una masa 1.000 veces superior a la del Sol y que consiguió amplificar la luz de Icarus hasta 2.000 veces más.

Sin embargo, una de las preguntas principales de los astrónomos es cómo es posible que Icarus no fuera descubierta hace ya años. La respuesta proporcionada es que la luz de la estrella fue desviada durante muchos años por otro objeto masivo, posiblemente un agujero negro, localizado justo en medio, entre la Tierra e Icarus, evitando así que la luz de la estrella más lejana jamás observada llegase hasta nosotros.

vía: ABC

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