Uber ya tuvo algunos problemas con sus vehículos autónomos antes del accidente de Arizona
Hace unos días, como ya sabréis, un coche autónomo de Uber atropelló a una mujer en bicicleta con un trágico resultado, y es que la mujer que fue atropellada murió en el acto, y el vehículo en cuestión pasó a ser el primer coche conducido de forma autónoma que acaba con la vida de una persona. Tras dicho accidente comenzaron a sucederse innumerables críticas hacia la tecnología de coches autónomos, y éstos fueron calificados como algo no seguro para circular por las calles.
Sin embargo, gran parte de esas críticas se desvanecieron cuando la policía de Tempe, Arizona, compartió públicamente el vídeo del accidente, grabado por el propio vehículo autónomo mientras circulaba, en el que se mostraba claramente como la mujer en cuestión se dispuso a cruzar la calle prácticamente sin preocuparse de mirar si venía algún vehículo. No obstante, aunque en este caso se ha dado por supuesto que el vehículo, fuera autónomo o no, no habría tenido tiempo para frenar con tan poca visibilidad, sí que ha despertado cierta curiosidad por la tecnología de Uber y su flota de coches Volvo XC90.
Al parecer, Uber sí que habría tenido ya algún que otro problema con estos coches autónomos, aunque no del calibre como el suceso del accidente. Y es que según indican unos informes, los operadores de control que se encontraron en todo momento tras el volante tuvieron que intervenir más de lo esperado en las diferentes pruebas. Además, según indica una investigación del The New York Times, algunos empleados de Uber habrían advertido a sus jefes de que la decisión de pasar de dos operadores de control a uno sólo durante las pruebas podría acarrear algunos problemas para la seguridad vial, dado que "es más difícil mantenerse alerta durante horas y horas de conducción autónoma".
vía: theverge