Consiguen reactivar los propulsores de la Voyager 1 tras 37 años de letargo
La NASA se enorgulleció de anunciar el pasado viernes de que han conseguido revivir a su sonda Voyager 1, el primer artefacto del ser humano que ha sido capaz de ir más allá del Sistema Solar. Esta nave, la más rápida fabricada por la NASA, y el único objeto fabricado por el ser humano capaz que llega al espacio interestelar, ha vuelto a cobrar vida gracias a que ha respondido a las órdenes enviadas por los ingenieros a 20.000 millones de kilómetros, órdenes que permitieron reactivar los propulsores de menor tamaño, propulsores que sólo sirven para disparar diminutos pulsos que una duración inferior al milisegundo, pero más que suficiente para rotar la sonda y hacer que la antena apunte a la Tierra.
"Con estos propulsores que siguen funcionando después de 37 años sin uso, podremos prolongar la vida útil de la nave Voyager 1 en dos o tres años", dijo Suzanne Dodd, directora de proyecto de Voyager en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA.
Los ingenieros habían visto ya en el año 2014 que los propulsores que habían estado utilizando en la Voyager 1 se estaban degradando, por lo que se requerían cada ve más pulsos para emitir la misma cantidad de energía necesaria para interferir en la trayectoria. Debido a que este problema físico es imposible de solventar, el equipo original de la Voyager se reunió con un grupo de expertos del JPL para estudiar el problema a fondo. Para ello emplearon la simulación prediciendo cómo respondería la nave en diferentes escenarios, y fue ahí cuando decidieron emplear unos propulsores que no habían sido utilizados en los ultimos 37 años.
"El equipo de vuelo de la Voyager desenterró datos de hace décadas y examinó el software que estaba codificado en un lenguaje obsoleto para garantizar que pudiéramos probar los propulsores de forma segura", explicaron desde el JPL.
Fue el pasado martes cuando los ingenieros dispararon esos cuatro propulsores por primera vez en 37 años y probaron su capacidad para orientar la nave espacial con pulsos de 10 milisegundos. El equipo esperó ansiosamente mientras los resultados de la prueba viajaban por el espacio: tardaron 19 horas y 35 minutos hasta llegar a una antena en Goldstone, California, que forma parte de la Red de Espacio Profundo de la NASA. Así que el miércoles los propulsores dieron señal de que funcionaban perfectamente. Los ingenieros recibieron la noticia entre el alivio, la alegría y la incredulidad.
La prueba del propulsor salió tan bien que es probable que el equipo haga una similar con los de la Voyager 2, la nave espacial gemela de la Voyager 1 que también está en camino de entrar en el espacio interestelar, probablemente en los próximos años.
vía: ABC