Review: BitFenix Shogun
BitFenix Shogun
Una vez extraemos de todo su embalaje la BitFenix Shogun, nos encontramos ante una robusta semitorre con unas dimensiones de 565 x 250 x 525 mm (ancho, alto, profundo) y un peso de 14.15 KG, valores que la hacen parecer una torre, pero ya veremos por qué no lo es. Cuenta con un chasis fabricado en acero SECC y un carenado de aluminio superior e inferior, mientras que el frontal es de plástico ABS. Pero lo que realmente llama la atención son sus ventanas laterales de cristal templado, un detalle de moda en chasis de gama alta y que mejora notablemente el acabado frente al panel acrílico.
El frontal es realmente muy simple, ofreciendo lo que parece una bahía de 5.25 pulgadas, pero que no lo es, y el logo de BitFenix en la zona inferior.
Pero como adelantábamos, es el cristal templado el principal aspecto estético de este chasis, dejando entrever el interior del equipo desde ambos lados.
En el lado posterior de la caja nos encontramos con la fuente en posición inferior (prácticamente ya todas las torres vienen así), la rejilla del ventilador trasero de 120/140 mm y 7 slots de expansión que son los que podrían provocar algunas limitaciones, pues si instalamos una placa base E-ATX, no podríamos colocar una tarjeta gráfica de doble/triple slot en la última ranura de la placa base. En la mayoría de casos no será un problema, pero es un detalle a tener en cuenta.
El lado superior está carenado en aluminio con efecto rugoso y deja en la zona frontal los botones y conectores. Concretamente disponemos de 2 puertos USB 2.0, 2 puertos USB 3.0, los conectores jack de audio de 3.5 mm para micrófono/auriculares y 3 botones: encendido, reinicio y configuración de la iluminación LED.
La base, carenada también en
aluminio, cuenta con 4 tiras de
espuma a modo de patas para evitar transmitir vibraciones
y para un buen apoyo sobre la mesa.
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