Un hombre tetrapléjico recupera el tacto gracias a una mano robótica
Tras sufrir un accidente que le lesionó la médula espinal y le causó una tetraplejía hace ya más de diez años, actualmente Nathan Copeland ha conseguido recuperar el sentido del tacto a través de una mano robótica y de unos implantes cerebrales.
La operación fue realizada por un equipo de investigadores médicos y científicos de la Universidad y Centro Médico de Pittsburgh, centro académico estadounidense reconocido mundialmente por haber desarrollado la primera vacuna contra la polio.
La cirugía realizada a Nathan es pionera en el mundo, siendo el suyo el primer caso en que electrodos y sensores artificiales han sido implantados con éxito directamente en el cerebro. Los resultados derivados de su intervención han sido recientemente publicados en la revista médica Science Translational Medicine, con el objetivo de que resulten de utilidad para otros especialistas cuyo trabajo esté enfocado en este campo de investigación.
Según indica el estudio publicado al respecto, a Copeland se le ha practicado una técnica conocida como microestimulación intracortical, la cual logra estimular su corteza cerebral mediante un sistema implantado que transmite impulsos eléctricos a las neuronas. De este modo, se consigue recrear en el cerebro una sensación muy parecida al tacto.
Y no sólo eso: gracias a este sistema, Copeland puede controlar su brazo mecánico a voluntad sólo con "pensarlo". El único problema es que primero sus "pensamientos" deben ser descodificados a través de un ordenador externo, el cual traduce la intención en una serie de comandos que controlan el brazo robótico. Tras un mes de práctica y aprendizaje, Copeland ha conseguido controlar y utilizar completamente la prótesis robotizada.
Gracias al camino iniciado con la mano robótica de Nathan Copeland, se espera que los resultados obtenidos de su intervención sirvan para seguir trabajando en el desarrollo y optimización del sistema, además de comprender mejor los mecanismos biológicos que se producen en la corteza sensorial. El objetivo es seguir avanzando en el desarrollo de futuras prótesis que puedan ser controladas mentalmente por sus usuarios.
Vía: Engadget