Rosetta finaliza su misión chocando contra el cometa 67P/Churyumov Gerasimenko
Tras 10 años de viaje, ha sido hoy cuando la nave Rosetta ha pasado a mejor vida tras estrellarse contra el cometa 67P/Churyumov Gerasimenko. Antes de que eso ocurriera, la nave había soltado el módulo de aterrizaje Philae el pasado 12 de noviembre de 2014 sobre el cometa para proceder a su investigación, aunque en vez de aterrizar terminó rebotando cayendo kilómetros más allá de su zona de aterrizaje debido a que no se activaron los enganches de sujeción, de esta forma, 72 horas después, el módulo pasó a mejor vida sin tener la posibilidad de explorar su superficie.
En ese momento Rosetta cobró todo el protagonismo, su misión era complicada, seguir al asteroide haciendo uso de una gran cantidad de instrumentos y sensores mientras se alimentaba mediante dos paneles solares de hasta 32 metros de longitud, todo esto mientras evitaba las explosiones del cometa donde el hielo comenzaba a convertirse en un gas de forma explosiva que liberaba al espacio polvo y rocas de varios metros de longitud mientras que las partículas desorientaban los sistemas de navegación de la nave.
Debido a que el cometa se alejaba ya del Sol a unos 40.000 Km/h, la Agencia Espacial Europea (ESA) sabía que Rosetta ya no sería capaz de recoger más energía para mantenerla con vida, es por ello que tomaron la decisión de precipitar la nave a una zona del cometa llamada Ma'at, unas fosas que emanan grandes cantidades de materia hacia el exterior, materia casi intacta desde los orígenes del Sistema Solar. A medida que la nave se precipitaba al final de su misión, la ESA aprovechó para recopilar y enviar toda la información posible antes de colisionar con el satélite hasta el último segundo. Ahora, Rosetta dormirá para siempre a pocos kilómetros de la poco afortunada Philae, la primera máquina humana que logró tocar un cometa.
vía: ABC