El proyecto de los coches sin conductor se enfrenta a un dilema moral
Entre las investigaciones que se han realizado respecto al proyecto de los coches sin conductor, destaca en particular un estudio sobre si este tipo de vehículos deberían, en caso de que haya vidas humanas en peligro por accidente o colisión, estar programados para que sus acciones eviten el mayor daño posible.
La gran mayoría de la gente estaba de acuerdo con la idea de que estos coches sin conductor sacrificaran a sus pasajeros por un bien mayor si así salvan la vida de un mayor número de peatones. Sin embargo, la gran mayoría también indicaron que por ese mismo motivo no los utilizarían ni desplazarían a su familia en ellos.
Actualmente los coches sin conductor ya están siendo probados en las carreteras australianas. La sueca Volvo ya ha realizado varias pruebas de coches sin conductor en el sur de Australia, gracias al apoyo de la legislación introducida en ese país en 2015, la cual cubre vehículos sin conductor.
Sin duda, uno de los temas constantes con los que deben de lidiar este tipo de coches, al margen de seguridad, eficiencia y otras características que son deseables en cualquier vehículo, es todo lo que rodea a posibles accidentes que puedan sufrir y sus consecuencias en la vida de los pasajeros y los peatones.
Este aspecto puede afectar notablemente el éxito comercial que tengan los vehículos sin conductor como utilitarios, ya que sus posibles usuarios cuentan con una confianza en ellos muy dividida. Gracias a este estudio, se vio cómo el interés por los coches sin conductor se incrementaba al conocer que, en caso de accidente, el vehículo siempre intentará salvar el mayor número de vidas posible. Y a su vez, también se observó que el interés por su adquisición se redujo drásticamente al ser consciente de que el coche podría resultar más efectivo para salvar del daño a otros que a sus propios pasajeros.
Vía: iflscience