¿Para qué enseñar a un robot a sentir dolor?

Desde hace un tiempo se ha podido observar que los proyectos relacionados con la robótica cada vez son más numerosos y con objetivos muy variados, encontrándola aplicada en exotrajes, en el cuerpo de producción de una empresa o, entrando en el ámbito del entretenimiento, en debates que buscan convertir en un nuevo deporte la lucha entre grandes máquinas diseñadas para ello.

Uno de los temas recurrentes tratados sobre la robótica, desde un punto de vista teórico, que prácticamente nació junto al concepto de “robot”, es dónde están los limites de su desarrollo desde un punto de vista moral. Sin duda se trata de un tema muy interesante de por sí, pero además viene bien recordarlo ya que encaja perfectamente con el proyecto que está llevando a cabo un equipo de investigación de la Universidad de Leibniz (Alemania), en el que a los robots se les está “enseñando” a sentir, o mejor dicho, a sentir el dolor.

Robots-sistema-nervioso

El proyecto en cuestión está trabajando en diseñar un sistema nervioso artificial que permita un “aprendizaje del dolor” aplicado en los robots. Mediante este “aprendizaje” a través de sensores de presión y de temperatura, se crean y memorizan respuestas automáticas para evitar el daño de la máquina, las mismas respuestas que en el sistema nervioso humano son fundamentales para aprender a evitar situaciones de peligro.

El objetivo de esta investigación es, en primer lugar, que este “sistema nervioso artifical” sea capaz de detectar y clasificar rápidamente las causas y el daño potencial que ciertas situaciones puedan causar, y debido a ello en segundo lugar poder planificar y ejecutar las “contramedidas” adecuadas para evitarlo o minimizar los daños. Los robots dotados con un sistema nervioso artificial serían utilizados para ayudar a prevenir accidentes estando en la misma área de trabajo que aquellas personas que por su empleo se ven expuestas a situaciones de riesgo de forma continua.

Vía: Eteknix

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