La moda «gaming» le cuesta la bancarrota a las marcas más pequeñas
Para qué negarlo, estamos ya metidos de lleno en un mercado dominado por el marketing que define a un producto avanzado o de alto rendimiento como "gaming" para acaparar las miradas, ya sabes, si no es gaming no sirve para jugar. Y claro, si no tiene luces RGB menos aún.
Pero este descontrol en la moda gaming está afectando a los
fabricantes más humildes, pues la producción de estos
productos es tan agresiva que ya es mayor respecto a la
demanda, por lo que deja a los fabricantes más humildes o
menos conocidos con un stock que no le pueden dar salida y que les
está generando pérdidas cada vez mayores imposibles de soportar hasta
el punto de desaparecer del mercado.
Esta producción en exceso tiene una fácil respuesta,
"gaming significa bueno", por lo que estos
productos, ante su elevado precio, ofrece unos márgenes
brutales de beneficio, y es ahí donde todas las marcas
quieren tener presencia para hacerse con un trozo de tal jugoso
pastel. Ratones, teclados, auriculares, monitores,
portátiles e incluso routers gaming, un mercado tan
saturado donde solo las marcas más fuertes conseguirán
destacar mientras que las más débiles desaparecerán en el
intento por hacerse un hueco en el mercado.
Entre las principales marcas del sector de periféricos gaming se encuentran SteelSeries, Roccat y Razer, y los principales fabricantes con sede en Taiwán como Thermaltake, Cooler Masters y Genius. En las placas base tenemos un dominio por parte de Asustek Computer (Asus), Micro-Star International (MSI) y Gigabyte Technology. En monitores tenemos a BenQ, Asus y una Acer que intenta llevarse un pellizco mientras que en portátiles tenemos a MSI, Alienware, Dell o Asus mientras que en la sombra un pacto entre Lenovo y Razer buscará poner patas arriba a sus contrincantes en 2016.
¿Seguir la moda gaming podría salirle caro a alguna empresa conocida?