Review: Razer Blackwidow Chroma
Razer Blackwidow Chroma
Extraemos el Razer Blackwidow Chroma de todo su embalaje y nos encontramos ante un teclado elegante y alargado, pues ofrece unas dimensiones de 475 x 171 x 39 mm (largo, ancho, alto) y un peso de 1.5 kg. El peso es hasta medio kilo superior al de la mayoría de teclados mecánicos en el mercado, incluso de lo que cuentan con un chasis de aluminio al aire.
El esquema de teclas es el tradicional, aunque en nuestro caso nos han enviado la versión americana sin “ñ”, pero para probarlo viene a ser indiferente. Sí que difieren los logotipos en las teclas, pues emplean una fuente algo peculiar.
En el margen izquierdo disponemos de 5 teclas configurables, M1-M5, a las que podremos asignar macros con comodidad.
Las teclas F1-F12 ofrecen funciones multimedia y de configuración en combinación con la tecla FN. De esta forma, F1-F2-F3 permiten controlar el volumen, F5-F6-F7 controlar la reproducción, F9 activar el modo grabación de macros, F10 activar el “modo gaming” y F11-F12 configurar la intensidad lumínica.
EL modo grabación de macros permite, tras activarlo, asignar a una tecla o combinación de ellas la combinación de otro grupo de teclas. Para ello solo tenemos que pulsas FN+F9, la tecla a configurar, las teclas que forman la macro y de nuevo FN+F9. El modo gaming, como veremos en la sección de software, permite desactivar algunas teclas, como la combinación ALT + Windows.
Lo que realmente da genialidad al Razer Blackwidow Chroma son los interruptores Razer Mechanical Switches, creados por la propia marca pensando en los jugadores, a diferencia de los Cherry MX más habituales.
De esta forma nos encontramos con dos modelos de interruptores, los Razer Green y Razer Orange. Ambos ofrecen una durabilidad de hasta 60 millones de pulsaciones y un punto de activación a 1.9 +/4 mm, aunque difieren en su tacto. Los Razer Green tardan un poco más en desactivarse y requieren algo más de fuerza para presionarlos, mientras que los Razer Orange son algo más silenciosos. De cualquier manera, son diferencias pequeñas que para los que no puedan probar los dos durante un largo periodo, no serán demasiado evidentes.
Además, los Razer Mechanical Switches cuentan con iluminación LED en 16.8 millones de colores con configuración individual para cada tecla, además de efectos predefinidos. Ofrece además tecnología anti-ghosting 10-Key Rollover, es decir, podemos pulsar hasta 10 teclas de forma simultánea y el sistema debe reconocerlas.
En el lateral derecho encontramos un puerto USB 2.0 libre y conectores jack de 3.5 mm para auriculares y micrófono, todos ellos puente directo hasta el PC desde el cable trasero.
El teclado queda apoyado sobre una base de plástico con gomas en las esquinas para un buen apoyo y que cuenta además con dos patas elevadoras en el margen posterior para una mejor posición a la hora de teclear.
El cable mallado de 2 metros se divide tras 1.70 metros en 4 sub-cables rematados en dos conectores USB 2.0 y 2 conectores jack de 3.5 mm, todos con una funcionalidad obvia según lo ya comentado.
Por último, destacar que el teclado Razer Blackwidow
Chroma no cuenta con reposamuñecas, algo
que para muchos puede resultar inapropiado.
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