Review: NZXT Phantom 240
NZXT Phantom 240
Una vez extraemos de todo su embalaje la NZXT Phantom 240, nos encontramos ante una robusta semi-torre con unas dimensiones de 530 x 529 x 195 mm (ancho, alto, profundo) y un peso de 8.1 KG que la dejan dentro de la media para su formato. Cuenta con un chasis fabricado en acero y un carenado en plástico blanco para el frontal y el techo, así como una ventaja acrílica en el lateral principal.
El frontal podríamos dividirlo en una sección superior cubierta por una puerta y una inferior mallada a modo de filtro anti-polvo para el ventilador frontal.
Abriéndola, podemos acceder a las 3 bahías de 5.25” que cuentan con tapas que podemos retirar fácilmente gracias al clip que vemos en su lado izquierdo. También podemos apreciar una tira LED en la esquina superior derecha que nos indica la actividad del equipo.
Mientras que la tapa del lateral secundario es completamente lisa, la del lado principal cuenta con una ventana acrílica transparente que deja ver gran parte del interior del equipo.
En el lado posterior de la caja nos encontramos con la fuente en posición inferior (prácticamente ya todas las torres vienen así), 7 slots de expansión necesarios para placas base ATX, 2 huecos pasa-tubos engomados y la rejilla del ventilador trasero de 80/120 mm con una unidad de 120 mm instalada.
El lado superior de la torre también nos ofrece un amplio espacio mallado para la entrada/salida de aire de los ventiladores superiores (opcionales) y otra zona nacarada junto a la que encontramos los botones y conectores.
Disponemos de 2 puertos USB 3.0, conectores jack de audio de 3.5 mm para micrófono/auriculares y los botones de encendido y reset.
La base cuenta con 4 patas de
plástico rematadas por tiras de goma para evitar
transmitir las vibraciones, aunque nuestra unidad se queda algo
coja sin tener el equipo montado. Disponemos además de un amplio
filtro anti-polvo que si bien podemos desmontar, no será nada fácil
volver a colocar sin dañarlo.
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