SpaceX consigue lanzar y aterrizar su cohete Grasshopper

SpaceX sigue avanzando en su carrera espacial privada después de que los recursos públicos dedicados a la exploración espacial sean cada vez más escasos. El último proyecto de SpaceX busca crear cohetes espaciales capaz de lanzarse al espacio, pero no solo eso, buscan que sean reutilizables, por lo que el cohete debería volver a la tierra sin desintegrarse y aterrizar sobre la superficie sin daño alguno.

Las primeras pruebas se realizaron con el Grasshopper (Saltamones), un cohete Falcon 9 apoyado de un motor Merlin 1D y cuatro patas de acero y aluminio dotadas de amortiguadores hidráulicos para poder despegar y aterrizar en cualquier superficie llana.

El Grasshopper está diseñado para hacer lo contrario a cualquier cohete conocido, los cuales se terminan desacoplando de la nave siendo desintegrados a la entrada de nuestra atmósfera. Gracias a la adición de varios avances en la cohetería y la estabilización frente a vientos, el Grasshopper es capaz de atravesar la atmósfera ileso y volver a aterrizar, consiguiendo así que los viajes al espacio sean mucho más económicos que hasta ahora.

Las primeras pruebas con éxito llevaron al Grasshopper a una altura de 325 metros, pudiendo mantenerse inmóvil en el aire para luego realizar un descenso automatizado y controlado.